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Microsoft: Peligros a la Vista

Desde hace más de una década, Microsoft es el monopolio casi “perfecto”: el 90% de las computadoras de todo el mundo utilizan su sistema operativo (Windows) y sus programas de oficina. Ningún otro pulpo, en ninguna otra rama, en ninguna otra época, llegó a tener una posición tan dominante de su mercado.

Microsoft acaba de lanzar Vista, una nueva versión del Windows. Pero la gran novedad no es esta sino el hecho de que, por primera vez en quince años, Microsoft enfrenta enemigos de peso, que cuestionan su monopolio.

La nueva versión del sistema operativo (el conjunto de programas que hacen funcionar a la computadora) demandó una inversión de 20.000 millones de dólares y el trabajo de 8.000 técnicos durante cinco años. En esos cinco años, precisamente, aparecieron las amenazas.

Por un lado, se desarrolló una Internet más rápida e interactiva; Google, por ejemplo, desarrolló aplicaciones, como procesadores de texto y hojas de cálculo, que pueden utilizarse directamente desde Internet. Conforme los usuarios utilizan cada vez más Internet para las más diversas aplicaciones, se reduce la importancia que adjudican al sistema operativo de sus propias máquinas.

Al mismo tiempo, el desarrollo de los sistemas llamados “de código abierto” (como Linux), que pueden ser modificados por los usuarios, abrieron una brecha en la dominación de Microsoft en el campo de los sistemas operativos para empresas y para servidores (las computadoras que actúan como nódulos de la red).

“Internet y las aplicaciones escritas en software libre tienen más posibilidades de acabar con la dominación de Windows que el rosario de juicios que la compañía lleva sufriendo, a los dos lados del Atlántico, desde hace más de diez años” (El País, 31/1).

¿Recuperará Microsoft el terreno perdido? Muchos lo dudan. Pese a que se trata de un programa muy caro (800 dólares) y requiere máquinas muy poderosas (y costosas), el nuevo Vista no presenta innovaciones decisivas y, en consecuencia, “no hay razones imperativas para instalarlo” (Financial Times, 29/1). En estas condiciones, las ventas del nuevo sistema acompañarían la renovación vegetativa de los equipos. No habría una “explosión” de ventas (como sí ocurrió con el lanzamiento de las anteriores versiones de Windows). Esto sería un gran golpe para Microsoft, ya que el 65% de sus beneficios proviene de la venta de Windows. Los 20.000 millones de inversión se habrán ido a la basura.

Con el desarrollo creciente de Internet, “Vista podría marcar el punto en el cual el monopolio de Microsoft sobre los sistemas operativos, o al menos la importancia de ese monopolio, comienza a caerse” (Financial Times, 29/1).

Detrás de Microsoft, se encuentran un conjunto de bancos y consorcios accionistas; otros, rivales, se encuentran detrás de Google y los pulpos que amenazan a Microsoft. La virulencia de la competencia capitalista amenaza, incluso, al monopolio “perfecto”.

tomado de:  http://www.po.org.ar/po/2006/po980/po980024.htm

La unica forma de sostenimiento seria ofrecer software de calidad, cosa que dudosamente hacen.




11:37 p. m. 2 comentarios

El asalto mundial de Windows Vista


El pasado 30 de enero dio el pistoletazo comercial el nuevo sistema operativo de Microsoft, Windows Vista, que requiere de un hardware más potente y más caro, y fortalece el control de los sistemas anticopia.

Windows Vista es algo más que un sistema operativo cuya función debe ser básica y esencial: tomar el control sobre el hardware o, mejor dicho, garantizar a otros programas el acceso a dispositivos como los discos duros, puertos, tarjetas de red o de sonido, tarjetas gráficas, teclado y ratón, entre otros.

El último gran producto de Microsoft, que salió al mercado con una gigantesca campaña de propaganda mundial apoyada ‘informativamente’ por los principales medios de comunicación españoles, es un dispositivo orientado a controlar el comportamiento del usuario. Su política de ‘protección de contenidos e informática fiable’ (trusted computing) es un conjunto de tecnologías diseñadas para forzar a los usuarios a cumplir los derechos de copia (copyright) impuestos por la industria de entretenimiento sobre música, vídeos, programas, juegos o libros. Este manojo de limitaciones técnicas, conocido como DRM (Digital Right Management o Gestión de Derechos Digitales), lo define el distribuidor de la industria audiovisual y consiste en establecer cuestiones tales como cuántas veces se ha de ver un vídeo, quién puede verlo, cuántas copias se pueden hacer y en qué condiciones. Todo ello depende de cuánto se haya pagado por el vídeo.

Windows Vista se encarga de que esto se cumpla a través de lo que ha denominado como tecnología PVPOMP (Protected Video Path - Output Protection Management). Esta tecnología desactiva ciertas salidas de audio y vídeo de los ordenadores en caso de detectar reproductores que no soporten las limitaciones impuestas por las DRM al usuario. Vista reducirá la calidad de imagen o deshabilitará el reproductor de vídeo si éste no ha sido diseñado para entender las limitaciones impuestas por el distribuidor del vídeo. Los nuevos soportes de alta calidad y capacidad de almacenamiento como HD-DVD o Blue-ray se ven especialmente afectados por este sistema. Gracias a la colaboración de Intel con Microsoft, el nuevo hardware ha de asumir estas nuevas tecnologías de control para ser compatibles con el nuevo Windows.

En el mismo momento en que se lanza Vista, Apple, uno de los grandes del hardware de reproducción de música da marcha atrás y defiende la eliminación de ese tipo de tecnología anticopia. Es más, lo que dice su presidente, Steve Jobs, parte por la mitad el modelo Microsoft: “Imagina un mundo donde las tiendas online vendieran música libre de DRM, en formatos abiertos. En un mundo como éste, cualquier reproductor podría reproducir música adquirida en cualquier tienda, y cualquier tienda podría vender música que, a su vez, podría ser reproducida en cualquier reproductor. Ésta es la mejor alternativa para los consumidores”.

Este conjunto de tareas que asume el nuevo sistema va a generar grandes cambios en la industria del hardware. Por un lado, buena parte de los equipos en uso a día de hoy no van a reunir los requisitos mínimos para poder instalar Vista (un procesador, como mínimo, a 800 MHz, 512 MB de memoria RAM, tarjeta gráfica compatible con DirectX9) y, si lo hacen, su rendimiento será inferior respecto a los sistemas actuales. El microprocesador de un PC con Vista necesita hacer un esfuerzo superior al doble del que se hace bajo Windows XP o GNU/Linux, al tener que encriptar y desencriptar los bits que corren por los ‘buses de datos’ de la placa base o los cables que conectan a los reproductores multimedia. Esta tarea, que no es ni básica ni esencial, poco tiene que ver con las necesidades técnicas reales requeridas a un sistema operativo. Responde a cálculos económicos. A corto plazo, el hardware que se diseñe para Windows Vista deberá ser más potente y más caro, pero no será necesariamente más rápido.

Esta convergencia estratégica entre la industria del hardware, Microsoft y los ‘cruzados del copyright’ de la industria multimedia, ha dado como resultado un engendro que pone bajo sospecha a todo usuario y lo somete a las leyes más agresivas que, en este sentido, se han escrito nunca, como la Digital Millennium Copyright Act norteamericana. Esta ley, seña de identidad de la Administración estadounidense, que persigue la infracción del derecho de copia y castiga especialmente la producción de tecnologías que permitan saltarse la gestión de los derechos digitales. Es la ‘base espiritual’ del nuevo sistema.

El desarrollo de esta tendencia perfila un escenario verdaderamente peligroso para cualquier sistema alternativo: un tipo de hardware hegemónico en el que instalar un solo tipo de sistema operativo, contenidos multimedia sólo reproducibles en sistemas operativos propietarios; nuevos estándares para la web y documentación incompatibles fuera del universo Windows.
10:08 p. m. 8 comentarios

¿Carne o Pescado? La metáfora del Software Libre

Imagina que entras en un restaurante para comer. El capitán, antes de mostrarte la carta, te sirve un plato de estofado. El plato tiene buena pinta; cuando miras a tu alrededor ves que todo el mundo está comiendo estofado. Cuando lo pruebas, notas que su sabor es horrible. No parece ternera ni cerdo y mucho menos carne de ave. Pero todos siguen con su estofado, así que supones que tendrás que comértelo de todos modos.

Ya llevas la mitad del plato cuando entra otra persona, que se sienta en la mesa de al lado. Le sirven estofado, pero devuelve el plato. Pide lenguado en salsa.

Extrañado, te preguntas si el pescado también será tan malo como el estofado. Ves que esa persona tarda alrededor de un cuarto de hora en quitar todas las espinas y limpiar la pieza, pero la comida parece gustarle. Un señor que hay sentado a tu lado se da cuenta de que estás observando al chico del pescado, y te comenta "No entiendo como puede comer pescado. ¡Pierde todo el tiempo tan sólo para limpiarlo!". El chico se da cuenta y le contesta "Pero merece la pena la espera."

Además, oyes conversaciones en las que se dice que alguno de los que comió estofado el día anterior está con gastroenteritis, posiblemente por comer carne en mal estado. Mientras la persona del pescado está acabando, llama al cocinero para explicarle que el plato estaba exquisito, pero con un poco de zumo de limón hubiera quedado más jugoso. Decides llamar tú también al cocinero para comentarle que el estofado es asqueroso, pero te responde que el hecho de comer estofado te prohíbe preguntar de dónde salió la carne, y no puedes cambiar las papas por champiñones en caso de que no te gusten.

"¿Cómo es posible que no pueda saber qué animal estoy comiendo?", le dices. Por lo visto, la empresa que distribuye la carne guarda celosa ese secreto, aunque garantiza que es de calidad y apta para el consumo humano.

La persona del pescado se dispone a marchar, y se va sin pagar la cuenta. Preguntas al capitán y te dice que el pescado es gratuito, pero el estofado hay que pagarlo. El señor de antes te comenta "Si es gratis, seguro que no es de fiar", aunque piensas si realmente algo puede estar más malo que la carne que te acabas de comer. Pagas una cantidad exorbitante por un estofado malísimo, y marchas del restaurante. En tu camino a casa, ves que en otro restaurante el pescado cuesta dinero, aunque ni la mitad que la carne. El capitán te dice que el pescado es el mismo, pero esta vez lo sirven con extra de guarnición si quieres. Si no, también es gratis.

A la semana siguiente, vuelves al mismo restaurante. Piensas si probar el pescado o seguir con la carne. Nuevamente, todos los comensales han pedido estofado. En una mesa encuentras al chico de la semana pasada, en lugar de lenguado ha pedido merluza al ajillo. Te invita a sentarte a su lado.

Tomas asiento, y el mesero aparece con un plato de estofado. Qué asco. Otra persona te dice en voz baja "Recuerda que si comes pescado no te sirven vino rosado". El chico que está sentado a tu derecha está bebiendo vino blanco, así que tampoco notarás mucho la diferencia. Se dirige a ti "¿Quieres pescado? Si no te ves capaz de limpiarlo, te puedo echar una mano. Está buenísimo. Si lo pruebas y no te gusta, no pasa nada, siempre podrás volver al estofado". Se ríe y añade "¿De verdad te gusta? Es malísimo".

Empiezas a dudar, y recuerdas lo que te dijeron la semana pasada. Le preguntas acerca de la procedencia del pescado, podría ser que estuviera en mal estado. Te contesta que ese pescado es del día, que puedes ir tú mismo a la lonja a comprobar como el dueño del restaurante lo adquiere todos los días. Nadie te garantiza que sea bueno, pero resulta que sí lo es. Tú mismo puedes comprobarlo. Te comenta que los grandes gourmets siempre piden pescado para comer. Como necesitan cierta garantía de calidad por su estatus social, pagan a un notario para que vaya todos los días al puerto a comprobar que, efectivamente, el pescado es fresco. El resto de comensales se aprovecha de esto, pues el notario no sólo garantiza el pescado de los más exigentes, sino de todos los clientes que pasan por la lonja.

Además añade "¿O es que acaso puedes comprobar la procedencia de la carne? Sabes, cualquiera puede pescar su propio pescado y comerlo como más le guste. En cambio, la empresa que controla la carne no permite cocinarlo de maneras que no sean las que ellos quieren. Ni siquiera dicen qué animal estás comiendo, ¿Te parece normal? ¿Si su carne es tan buena, qué tienen que esconder?"

"Una vez que te has acostumbrado a limpiar el pescado de espinas, aunque tardes un poquito más en comer, te quedas más a gusto. Insisto, te echo una mano hasta que te acostumbres. No entiendo cómo puede haber gente que pague por esa ¿carne?". Le recuerdas que mucha gente marcha sin pagar. "Sí, claro que puedes irte sin pagar. Pero pudiendo comer un buen pescado, no comería ese estofado ni aunque me lo regalasen. Y si lo pruebas lo entenderás"

¿Qué elegirías para comer?
8:35 p. m. 0 comentarios

Monte esa unidad (metodo super facil)

Después de crear su partición de datos FAT32, usted podrá escribir en ella inmediatamente desde Windows XP. Cuando inicie con Ubuntu Linux (yo uso Ubuntu 6.06), la partición aparece en la ventana de Computadora (Lugares•Computadora), pero cualquier intento de abrirla fallará. Esto se debe a que Ubuntu aún no ha montado la unidad de disco. Para indicarle que lo haga, pulse el vínculo Mostrar más detalles en la ventana de mensaje de error y anote el nombre de la partición; usualmente se llamará '/dev/hdxy', donde ‘x’ es la unidad de disco duro (la primera instalada en su sistema es la ‘a’, la segunda es la ‘b’ y así sucesivamente) y la ‘y’ es el número de la partición. Por ejemplo, si su partición FAT32 es la segunda creada en un sistema que tiene una sola unidad de disco duro, sería '/dev/hda2'. Las unidades de disco SCSI y SATA aparecen en el formato '/dev/sdxy'.

A continuación, pulse Aplicaciones•Accesorios•Terminal para abrir una ventana de línea de mandos y escriba el mando “gksudo gedit /etc/pmount.allow” para abrir y editar el archivo pmount.allow. Escriba el nombre de la partición en la última línea, pulse el icono Guardar y cierre el editor. Ahora vuelva a la ventana de Computadora, pulse el botón derecho sobre la partición FAT32 y escoja Montar volumen. Cierre todas las ventanas abiertas de Computadora y vuelva a abrir una; su partición ahora será visible. Puede emplear el mismo método para montar particiones NTFS, pero en el modo de lectura solamente. Para más detalles sobre estos pasos, además de otras estrategias para leer y escribir a particiones de Windows en Ubuntu Linux, vea la documentación comunitaria de Ubuntu en http://www.pcwla.com/buscar/07027703.

 
1:14 p. m. 1 comentarios

Y despues dicen que windows es mas facil y comodo

Observo con desgravio todo lo que un usuario de Windows debe
tener en cuenta para poder disfrutar de su equipo medianamete sin
problemas, yo soy usuario de linux y veo que no necesito de tantas 
cosas y mi maquina siempre esta supremamente bien, ni antivirus uso.

Entrar en el articulo -> PCworld 
10:36 a. m. 0 comentarios

Ponga su Vista en el Software Libre.

Una interezante expeciencia con Windows Vista 



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